martes, 24 de febrero de 2009

EL PAÍS SIN PUNTA

Juanito trotamundos era un gran viajero. Una vez llegó a una ciudad donde las esquinas de las casas eran redondas y los tejados no acababan en punta, sino en una especie de joroba suave. En la calle había un rosal y Juanito cogió una rosa para ponérsela en el ojal de la chaqueta. Mientras la cogía se dio cuenta de que las espinas no pinchaban, no tenían punta y parecían de goma, y hacían cosquillas en las manos.


De pronto apareció un guardia municipal y le dijo sonriendo:


<<¿No sabía que está prohibido coger rosas?>>


-<<¡Lo siento, no había pensado en ello!>>


<> dijo el guardia sonriendo.

Juanito observó que escribía la multa con un lápiz sin punta, y le dijo:


<<¿Me permite ver su espada?>>


<> contestó el guardia.


Y naturalmente, la espada tampoco tenía punta.


<<¿Pero qué país es éste?>> preguntó Juanito.


<> dijo el guardia.


Juanito se quedó de piedra. Y respondió:


<< ¡Por el amor de Dios, no quiero ir a la cárcel por maltrato a un oficial! Las dos bofetadas, en todo caso, debería recibirlas yo>>.


<>.


<<¿Al guardia?>>


<>.


<<¡Pero es injusto!¡Es terrible!>>


> dijo el guardia. <>.


<>.

<>.


Y, Juanito avergonzado se vio obligado a abandonar el País sin punta, pero aún hoy, sueña con poder volver.

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