En un
centro comercial de Estados Unidos se colocaron sobre una mesa dos cajas con
galletas para ofrecérselas al público. Daba la impresión de tratarse de la
promoción del producto, pero en realidad se trataba de una investigación sobre
actitudes: una de las cajas permanecía casi llena, y la otra con apenas con dos
o tres galletas, como si se estuvieran acabando. “¿Cuál es la que sabe mejor?”,
preguntaban los encuestadores a cada persona que probaba las galletas. A la
mayoría de la gente le gustaba más la galleta de la caja que se estaba
acabando. Cada hora las cajas se intercambiaban de posición y los resultados se
mantenían iguales. Un detalle: las dos cajas contenían el mismo tipo de
galletas; la única diferencia era la aparente escasez de una de ellas.
«La
comunicación eficaz», Lair Ribeiro.
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