jueves, 14 de mayo de 2015
El Pan Quemado
Cuando era niño, ocasionalmente mi madre como cena nos daba café con leche y algo mas. Recuerdo especialmente una noche después de un día de trabajo muy duro, cuando ella nos sirvió café con leche. Esa noche, mi madre le puso un plato con huevos revueltos, tocino y una rebanada de pan bastante quemado frente a mi padre. Recuerdo haber esperado un poco, para ver si papá notaba ese hecho. Todo lo que mi padre hizo, fue tomar su pan quemado, sonreír a mi madre y preguntarme como había sido mi día en la escuela. No recuerdo lo que le respondí, pero sí recuerdo haberlo mirando, untando al pan un poco de mantequilla y comer como si nada cada bocado. Cuando me levanté de la mesa, aquella noche, escuché a mamá disculpándose por haber quemado las rebanadas de pan. Nunca me olvidé de la respuesta de papá "me encantó el pan quemado”. Más tarde, aquella noche, cuando le fui a dar un beso de buenas noches a papá, le pregunté si realmente le había gustado aquel pan quemado. El me tomó en sus brazos y me dijo: Mi rey, tu madre tuvo un día de trabajo muy pesado y estaba realmente cansada... Además de eso, un pan quemado no le hace mal a nadie. La vida está llena de imperfección y las personas no somos perfectas. Tampoco soy el mejor marido, el mejor empleado o cocinero, tal vez ni siquiera el mejor padre, aunque intente serlo todos los días. He aprendido a través de los años, que saber aceptar las fallas ajenas, intentando minimizar las diferencias entre unos y otros, es una de las llaves más importantes para crear relaciones saludables y duraderas. Desde que tu madre y yo nos unimos, aprendimos los dos a suplir uno las fallas del otro. Yo sé cocinar muy poco, pero aprendí a dejar la olla de aluminio bien limpia después de comer. Ella no sabe usar el taladro o el martillo, pero después de mis arreglos en casa, ella hace que todo quede limpio y perfumado. Yo no sé hacer una lasaña como ella lo hace, pero ella no sabe asar una carne como yo lo hago. Yo nunca supe hacerte dormir, pero conmigo tu tomas un baño rápido y sin reclamar. La suma de nosotros crea el mundo donde vivimos y nos apoyamos, ella y yo nos complementamos. Entonces hijo, esfuérzate para ser siempre tolerante, principalmente con quien dedica su precioso tiempo de vida a ti. Las personas se olvidarán de lo que le hagas, o de lo que le digas. Pero nunca se olvidarán el modo en el cual las hiciste sentir.
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1 comentario:
Linda anécdota
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