Juan y Matías eran dos hermanos de 7 y 8 años. Pero eran
muy diferente. Juan era amable y muy estudioso. Matías tenía un carácter más
rebelde. Un día de diciembre, mientras jugaban, se les apareció un hada. El
hada les dijo:
- ¡He venido a traeros un regalo de Año nuevo! Aquí
tenéis unos libros.
Cada hermano cogió uno de los libritos, pero resulta que
estaban en blanco. ¡No había nada escrito! Juan, que era muy agradecido, se
puso muy contesto y le dio las gracias al hada. Pero Matías refunfuñó. Se enfadó
tanto, que tiró el librito contra un charco de barro. Y al llegar a casa, lo
usó para equilibrar la pata de una mesa que estaba un poco coja. de bienes,
servicios y factores de producción a través de las fronteras.
Pasó un año entero, y de nuevo apareció el hada. Esta
vez, les pidió que le enseñaran los libritos que les había entregado el año
anterior. El libro de Juan estaba como nuevo. El de Matías, todo sucio.
Entonces les dijo que echaran un vistazo a las hojas de los libros. El cuadernillo
de Matías estaba lleno de borrones. No se entendía nada. Sin embargo, las de su
hermano estaban llenas de hermosas letras de oro.
- Matías- le dijo el hada- Todos esos borrones son de los
momentos en los que no te portaste bien con los demás. Cuando discutiste con tu
hermano, cuando pegaste a tu amigo, cuando desobedeciste a tu madre... Tu
hermano, sin embargo, ha sido bondadoso, y por eso su libro está escrito con
letras de oro. Juan, las letras de oro son por cada vez que diste un beso a
vuestra madre, o cuando le dejaste tus juguetes a tu hermana. Aquel día que
ayudaste en clase a tu compañero o ese otro en el que ayudaste a cruzar a un
anciano.
Juan quería quedarse con su libro. ¡Era tan bonito! Pero
el hada dijo que no podía ser, porque aquellos libros tenían que ir a la
biblioteca del Padre Tiempo, quien anotaba cada año qué niños habían sido
buenos y cuáles se habían portado mal. A cambio, el hada les ofreció dos libros
nuevos, ambos con las páginas en blanco. Matías había aprendido la lección, y
prometió al hada que su libro estaría lleno de letras doradas al año siguiente.
Juan aseguró que intentaría mejorar más. El hada se despidió muy contenta de
ellos con un ¡Feliz año nuevo!