En un pequeño pueblo llamado “Ratópolis” vivía el ratón Juanito en una casita construida en el interior del tronco de un viejo árbol
De vez en cuando salía a caminar por el pueblo con su cola hacia abajo porque se sentía amargado. Estaba decepcionado de los amigos porque muchos le habían humillado y ofendido. Por eso cortó la amistad con todos eligiendo vivir en soledad.
Un día, cuando Juanito estaba recogiendo nueces, un pájaro azul llegó a “Ratópolis” anunciando a través de su canto la llegada de una gran tormenta.
Ante este aviso todos los ratones corrieron hacia la montaña para construir madrigueras entre las rocas en forma de túneles.
Cuando Juanito había terminado de construir su madriguera un ratoncito muy simpático se acercó ofreciéndole suaves plumitas para que acomodara el suelo de su madriguera, pero Juanito no aceptó.
También una pareja de ratones se aproximaron a Juanito pidiéndole algunas nueces mas Juanito no se las dio.
Un anciano ratón viendo la actitud de Juanito decidió acercarse para preguntarle:
_ ¿Qué te pasa Juanito? ¿Por qué estás actuando así con los demás?
_ ¡Porque me ofendieron y me lastimaron en el pasado!_ respondió Juanito.
_ ¿Pero no te das cuenta de que tú también estás ofendiendo con tu actitud? Es imposible caminar por la vida sin lastimar y sin ser lastimado.
Juanito guardó silencio y el anciano continuó diciendo:
En ese instante comenzó a caer la tormenta y Juanito le pidió al anciano que se quedara en su madriguera.
Pasadas unas horas la tormenta pasó y todos los ratones salieron de la madriguera para disfrutar de los primeros rayos del sol sentados sobre una roca con unas gafitas de sol.
En ese momento llegó Juanito con su colita al viento y compartió nueces y semillas con todos. Con esta actitud pidió perdón y perdonó a los que les habían lastimado.
Autora: María Abreu
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