Después de varios años sin verse, dos amigos de la infancia se encontraron por casualidad y entablaron un diálogo. Al cabo de unos minutos uno le preguntó al otro:
-Desde tu punto de vista, ¿qué parezco?
Pareces un venerable Buda, respondió el amigo…
-¿Sabes tú a mí qué me pareces? (dijo el primero) Me pareces un don nadie.
En eso que pasó un sabio por delante de ellos, se detuvo un instante y les dijo: “El ojo sólo ve lo que hay en el corazón, tu amigo te veía como un Buda, lo que demuestra que tiene un buda en el corazón; tú, en cambio, le has dicho que parece un don nadie.
¡Piensa qué es lo que tienes en el corazón!
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