Hace ya mucho tiempo, en las afueras de una aldea, entre perros y malezas, vivía una anciano ciego del que de comentaba era portador de una gran sabiduría.
Unos muchachos que habían llegado a la aldea, hacían gala de su gran picardía y apostaron a los pobladores del lugar que podrían con el viejo ciego, que lograrían hacerlo caer con tan solo una prueba que consistía en lo siguiente:
- Vamos a ir a su encuentro con un pajarito en las manos, le preguntaremos si el pájaro esta vivo o muerto... si responde que está vivo lo apretamos, lo matamos y lo dejamos caer, si responde que está muerto, abrimos la mano y lo dejamos volar...
Cuando encontraron al viejo sabio, se acercaron y le preguntaron...
- Tu que todo lo sabes, puedes respondernos rápidamente una pregunta...?
- Dime muchacho...,- contestó el viejo.-
- En mi mano tengo un pajarito... tu que sabes el secreto... dime, está vivo o está muerto...?
El viejo sonrió en silencio, se apoyó en su vara, se levantó y con sabiduría respondió:
- Muchacho, la respuesta es ésta... el secreto está en tus manos.
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