Las
realidades más grandes y más bellas,
tanto
más las tendrás
cuanto
menos las retengas y poseas.
Si
quieres tener el mar, contémplalo...
abre tus
manos en sus aguas y siente como tienes el mar en ellas.
No
tendrás nada, quedarán vacías
si
queriéndolo retener, tus manos cierras.
Si
tienes un amor que quiere marchar,
no
intentes retenerlo,
pues
para siempre lo perderás.
Déjalo
ír libre como el viento
y las
mieles que bebiste, siempre quedarán.
Si
quieres tener el viento,
extiende
tus brazos... abre tus manos,
y todo
el viento será tuyo.
Si
quieres retenerlo se escapará entre tus dedos.
Si
quieres tener a tu hijo,
déjalo
crecer, déjalo partir y que se aleje.
Lo
tendrás maduro cuando regrese...
porque,
si intentando protegerle, lo retienes,
lo
perderás para siempre.
Si
quieres tener el sol
y su
expléndida luz gozar,
no
quieras en tus retinas posserla,
pues
así, tan sólo obtendrás oscuridad...
¡Abre
los ojos! y extasiado contempla
las
maravillas que él te da.
Si
quieres vivir el gozo de tener,
no
receles retener ni poseer.
Goza de
la mariposa que revolotea,
goza del
río que va siempre adelante,
de la
flor que se abre cara al cielo...
goza de
la plenitud de ese amor sincero...
Goza
teniéndolo todo, sin perder nada
¡es
tenerlo todo, sin poseer nada!...
Sólo así
gozarás de la vida: ¡dejándola correr sin retenerla!
¡sabiendo
que es tuya!... sin poseerla.
(Texto de autor desconocido)
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