Llévame a la ciudad del viento
más allá del tiempo.
Concede el deseo de una blanca flor.
Rodea mi mano con tus dulces dedos
y guíame
a través del largo camino
hacia dondequiera que estés.
Al atardecer, la melodía de tu voz nunca cesa.
Al despertar, tú y yo nos fundimos en un solo ser.
Esta es la primera vez que siento la verdadera felicidad.
Llévame...
En un solitario silencio, tu voz cantando llegando hasta el fondo de mi corazón es en lo único que pienso en una noche en la que duermo sin conocer el significado de la felicidad...
Juntos, podemos superar
el largo camino,
más allá de lo que puede ser soñado,
a la ciudad del viento.
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