jueves, 31 de octubre de 2013

La Calabaza Siniestra


Cuentan que dos noches antes de Halloween, dos hombres transitaban por un viejo camino rumbo al pueblo cercano.
Para llegar a él debían cruzar por un campo que generalmente estaba sembrado de calabazas.
Sabiendo que el dueño del predio cuidaba mucho de su sembradío, tenían cuidado de no hacerse notar, guardaban
silencio y ni siquiera el espantoso espantapájaros que allí había, debía hacer que de sus labios saliera un solo sonido.
En eso estaban cuando su mirada se posó en una hermosa y gran calabaza que para su familia sería un regalo especial para tallar en la noche de Brujas.
Luego de llegar al pueblo, planearon el modo de robar la mentada calabaza y quedaron en acuerdo que la siguiente noche irían al sembradío a cumplir su misión.
Y así lo hicieron.
La noche siguiente llevaron una carretilla, de esas que se ocupan para la construcción y en absoluto silencio buscaron en la oscuridad su preciado regalo.
Buscaron la calabaza por muchas horas, sin poder encontrarla, cuando de pronto la vieron.
Allí  se encontraba, grande y hermosa, pero,  no recordaban que aquel hubiese sido el sitio, ya que como esa noche  no había luna, el lugar no les pareció para nada familiar.
Mas, el trabajo debían realizarlo y pusieron manos a la obra.
Mientras uno vigilaba el lugar, el otro sacó un gran cuchillo, pero al instante de acercarse a ella,  la calabaza dando un gruñido, cambió de lugar.
Muy asustados, corrieron sin acordarse siquiera de la vieja carretilla, la cual dejaron olvidada en el campo.
Llegaron a su casa con el corazón a punto de salirse por sus bocas.
Sus hijos al verlos así preguntaron la razón y los hombres les relataron lo sucedido.
Hicieron acuerdo y los hombres regresaron al lugar junto a sus hijos.
Buscaron la carretilla esperando encontrar junto a ella la calabaza, pero, no había ningún rastro.
Regresaron a casa muy intrigados y al entrar en el corredor escucharon el mismo gruñido que habían oído saliendo de la calabaza.
Miraron a su alrededor y ¡ oh, sorpresa !, allí estaba la calabaza.
Primero se aterraron, pero luego trataron de tomarla, pero cada vez que se acercaban a ella, esta se escabullía otra vez. Hasta que al fin entre los cuatro pudieron atraparla.
Imaginan ustedes lo que encontraron?

La hermosa calabaza estaba medio vacía por uno de sus lados y dentro de ella había un pequeño cerdito que al parecer se le había perdido a su madre cerda,  quedando atrapado dentro de la calabaza al intentar comérsela

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