BOTIQUÍN DE PRIMEROS AUXILIOS
(Nunca salgas sin él......)
Mondadientes, liga, curita, lápiz, borrador, chicle, un chocolate “Kiss” y una bolsa de té instantáneo.
¿Para qué?..., veamos:
Mondadientes: Para acordarte de "escarbar" en los demás todas las cualidades que tienen.
Liga: Para acordarte de ser flexible, ya que las cosas y las personas no siempre son de la manera como tu quieres que lo sean.
Curita: Para ayudarte a curar aquellos sentimientos heridos, ya sean tuyos o de los demás.
Lápiz: Para que anotes diariamente todas tus bendiciones.
Borrador: Para acordarte que todos cometemos errores, y no pasa nada.
Chicle: Para acordarte de "pegarte" a todo aquello que puedes sacar adelante con tu esfuerzo.
(Mi favorito) Un chocolate ”Kiss”: Para que te acuerdes que todo el mundo necesita un beso o un abrazo diariamente.
Y finalmente la bolsa de té: Para que?..., pues para tomarte un tiempo, relajarte y hacer una lista de todo lo que tienes y tus bendiciones diarias.
Tal vez para el mundo, solo seas "alguien"...pero para "alguien", tal vez seas todo su mundo...
martes, 24 de febrero de 2009
EL PAÍS SIN PUNTA
Juanito trotamundos era un gran viajero. Una vez llegó a una ciudad donde las esquinas de las casas eran redondas y los tejados no acababan en punta, sino en una especie de joroba suave. En la calle había un rosal y Juanito cogió una rosa para ponérsela en el ojal de la chaqueta. Mientras la cogía se dio cuenta de que las espinas no pinchaban, no tenían punta y parecían de goma, y hacían cosquillas en las manos.
De pronto apareció un guardia municipal y le dijo sonriendo:
<<¿No sabía que está prohibido coger rosas?>>
-<<¡Lo siento, no había pensado en ello!>>
<> dijo el guardia sonriendo.
Juanito observó que escribía la multa con un lápiz sin punta, y le dijo:
<<¿Me permite ver su espada?>>
<> contestó el guardia.
Y naturalmente, la espada tampoco tenía punta.
<<¿Pero qué país es éste?>> preguntó Juanito.
<> dijo el guardia.
Juanito se quedó de piedra. Y respondió:
<< ¡Por el amor de Dios, no quiero ir a la cárcel por maltrato a un oficial! Las dos bofetadas, en todo caso, debería recibirlas yo>>.
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<<¿Al guardia?>>
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<<¡Pero es injusto!¡Es terrible!>>
> dijo el guardia. <>.
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Y, Juanito avergonzado se vio obligado a abandonar el País sin punta, pero aún hoy, sueña con poder volver.
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Y naturalmente, la espada tampoco tenía punta.
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Juanito se quedó de piedra. Y respondió:
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Y, Juanito avergonzado se vio obligado a abandonar el País sin punta, pero aún hoy, sueña con poder volver.
El Té
con los demás. Su infelicidad era tan profunda cuan su vanidad. En un momento de humildad había sido capaz de escuchar a alguien que le sugería aprender a meditar como remedio a su angustia. Ya había oído decir que el zen era una buena medicina para el espíritu.
En su región vivía un excelente maestro y el profesor decidió visitarle para pedirle que le aceptara como estudiante.
Una vez llegado a la morada del maestro, el profesor se sentó en la humilde sala de espera y miró alrededor con una clara -aunque para él imperceptible- actitud de superioridad. La habitación estaba casi vacía y los pocos ornamentos sólo enviaban mensajes de armonía y paz. El lujo y toda ostentación estaban manifiestamente ausentes.
Cuando el maestro pudo recibirle y tras las presentaciones debidas, el primero le dijo: "permítame invitarle a una taza de té antes de empezar a conversar". El catedrático asintió disconforme. En unos minutos el té estaba listo. Sosegadamente, el maestro sacó las tazas y las colocó en la mesa con movimientos rápidos y ligeros al cabo de los que empezó a verter la bebida en la taza del huésped. La taza se llenó rápidamente, pero el maestro sin perder su amable y cortés actitud, siguió vertiendo el té. El líquido rebosó derramándose por la mesa y el profesor, que por entonces ya había sobrepasado el límite de su paciencia, estalló airadamente tronando así: " ¡ Necio ! ¿ Acaso no ves que la taza está llena y que no cabe nada más en ella ?". Sin perder su ademán, el maestro así contestó: "Por supuesto que lo veo, y de la misma manera veo que no puedo enseñarte el zen. Tu mente ya está también llena".
En su región vivía un excelente maestro y el profesor decidió visitarle para pedirle que le aceptara como estudiante.
Una vez llegado a la morada del maestro, el profesor se sentó en la humilde sala de espera y miró alrededor con una clara -aunque para él imperceptible- actitud de superioridad. La habitación estaba casi vacía y los pocos ornamentos sólo enviaban mensajes de armonía y paz. El lujo y toda ostentación estaban manifiestamente ausentes.
Cuando el maestro pudo recibirle y tras las presentaciones debidas, el primero le dijo: "permítame invitarle a una taza de té antes de empezar a conversar". El catedrático asintió disconforme. En unos minutos el té estaba listo. Sosegadamente, el maestro sacó las tazas y las colocó en la mesa con movimientos rápidos y ligeros al cabo de los que empezó a verter la bebida en la taza del huésped. La taza se llenó rápidamente, pero el maestro sin perder su amable y cortés actitud, siguió vertiendo el té. El líquido rebosó derramándose por la mesa y el profesor, que por entonces ya había sobrepasado el límite de su paciencia, estalló airadamente tronando así: " ¡ Necio ! ¿ Acaso no ves que la taza está llena y que no cabe nada más en ella ?". Sin perder su ademán, el maestro así contestó: "Por supuesto que lo veo, y de la misma manera veo que no puedo enseñarte el zen. Tu mente ya está también llena".
La rosa y la mendiga
Durante su estadía en la ciudad de París, el poeta alemán Reinero María Rilke pasaba todos los días por un lugar donde se hallaba una mendiga. Ella estaba sentada, espaldas a un muro de una propiedad privada, en silencio y aparentemente sin interés en aquello que solía ocurrir a su alrededor.
Cuando alguien se acercaba y depositaba en su mano una moneda, rápidamente con un ademán furtivo guardaba ese tesoro en el bolsillo de su desgarbado abrigo. No daba nunca las gracias y nunca levantaba la vista para saber quién fue el donante. Así estaba, día tras día, echada de espaldas contra aquella pared.
Un día, Reinero María pasó con un amigo y se paró frente de la mendiga. Sacó una rosa que había traído y la depositó en su mano. Aquí pasó lo que nunca había ocurrido: la mujer levantó su mirada, agarró la mano de su benefactor y, sin soltarla, la cubrió de besos. Enseguida se levanta, guarda la rosa entre sus manos y lentamente se aleja del lugar.
Al día siguiente no se encontraba la mujer en su lugar habitual y tampoco durante el día siguiente y el subsiguiente; y así durante toda una semana. Con asombro, el amigo le consulta a Reinero María acerca del resultado tan angustiante de su dádiva.
Rilke le dice:
- "Se debe regalar a su corazón, no a su mano."
Tampoco se aguantó el amigo la otra pregunta acerca de cómo haya vivido la mendiga durante todos estos días, ya que nadie ha depositado ninguna moneda en sus manos.
Reinero María le dijo:
- "De la rosa".
Cuando alguien se acercaba y depositaba en su mano una moneda, rápidamente con un ademán furtivo guardaba ese tesoro en el bolsillo de su desgarbado abrigo. No daba nunca las gracias y nunca levantaba la vista para saber quién fue el donante. Así estaba, día tras día, echada de espaldas contra aquella pared.
Un día, Reinero María pasó con un amigo y se paró frente de la mendiga. Sacó una rosa que había traído y la depositó en su mano. Aquí pasó lo que nunca había ocurrido: la mujer levantó su mirada, agarró la mano de su benefactor y, sin soltarla, la cubrió de besos. Enseguida se levanta, guarda la rosa entre sus manos y lentamente se aleja del lugar.
Al día siguiente no se encontraba la mujer en su lugar habitual y tampoco durante el día siguiente y el subsiguiente; y así durante toda una semana. Con asombro, el amigo le consulta a Reinero María acerca del resultado tan angustiante de su dádiva.
Rilke le dice:
- "Se debe regalar a su corazón, no a su mano."
Tampoco se aguantó el amigo la otra pregunta acerca de cómo haya vivido la mendiga durante todos estos días, ya que nadie ha depositado ninguna moneda en sus manos.
Reinero María le dijo:
- "De la rosa".
Deja secar la ira
Mariana se puso toda feliz por haber ganado de regalo un juego de té de color azul.
Al día siguiente, Julia, su amiguita, vino bien temprano a invitarla a jugar. Mariana no podía pues saldría con su madre aquella mañana.
Julia entonces pidió a Mariana que le prestara su juego de té para que ella pudiera jugar sola en el jardín del edificio en que vivían.
Ella no quería prestar su flamante regalo pero ante la insistencia de la amiga decidió, hacer hincapié en el cuidado de aquel juguete tan especial.
Al volver del paseo, Mariana se quedó pasmada al ver su juego de té tirado al suelo. Faltaban algunas tazas y la bandeja estaba rota.
Llorando y muy molesta Mariana se desahogó con su mama "¿ves mamá lo que hizo Julia conmigo? Le prestó mi juguete y ella lo descuidó todo y lo dejs tirado en el suelo".
Totalmente descontrolada Mariana querma ir a la casa de Julia a pedir explicaciones, pero su madre cariñosamente le dijo:
"Hijita, ¿te acuerdas de aquel día cuando saliste con tu vestido nuevo todo blanco y un coche que pasaba te salpicó de lodo tu ropa? Al llegar a casa querías lavar inmediatamente el vestido pero tu abuelita no te dejó.
¿Recuerdas lo que dijo tu abuela? Ella dijo que había que dejar que el barro se secara, porque después sería mas facil quitar la mancha.
Así es hijita, con la ira es lo mismo, deja la ira secarse primero, después es mucho mas facil resolver todo".
Mariana no entendía todo muy bien, pero decidió seguir el consejo de su madre y fue a ver el televisor. Un rato después sonó el timbre de la puerta...
Era Julia, con una caja en las manos y sin mas preambulo ella dijo:
"Mariana, ¿recuerdas al niño malcriado de la otra calle, el que a menudo nos molesta? él vino para jugar conmigo y no lo dejé porque creí que no cuidaría tu juego de té pero el se enojó y destruyó el regalo que me habías prestado.
Cuando le conté a mi madre ella preocupada me llevó a comprar otro igualito, para ti. Espero que no estés enojada conmigo. No fue mi culpa!"
"!No hay problema!, dijo Mariana, !mi ira ya secó! Y dando un fuerte abrazo a su amiga, la tomó de la mano y la llevó a su cuarto para contarle la historia del vestido nuevo que se había ensuciado de lodo".
Nunca reacciones mientras sientas ira. La ira nos ciega e impide que veamos las cosas como ellas realmente son.
Así evitaras cometer injusticias y ganaras el respeto de los demas por tu posición ponderada y correcta delante de una situación difícil.
Acuérdate siempre: Deja la ira secar !
Al día siguiente, Julia, su amiguita, vino bien temprano a invitarla a jugar. Mariana no podía pues saldría con su madre aquella mañana.
Julia entonces pidió a Mariana que le prestara su juego de té para que ella pudiera jugar sola en el jardín del edificio en que vivían.
Ella no quería prestar su flamante regalo pero ante la insistencia de la amiga decidió, hacer hincapié en el cuidado de aquel juguete tan especial.
Al volver del paseo, Mariana se quedó pasmada al ver su juego de té tirado al suelo. Faltaban algunas tazas y la bandeja estaba rota.
Llorando y muy molesta Mariana se desahogó con su mama "¿ves mamá lo que hizo Julia conmigo? Le prestó mi juguete y ella lo descuidó todo y lo dejs tirado en el suelo".
Totalmente descontrolada Mariana querma ir a la casa de Julia a pedir explicaciones, pero su madre cariñosamente le dijo:
"Hijita, ¿te acuerdas de aquel día cuando saliste con tu vestido nuevo todo blanco y un coche que pasaba te salpicó de lodo tu ropa? Al llegar a casa querías lavar inmediatamente el vestido pero tu abuelita no te dejó.
¿Recuerdas lo que dijo tu abuela? Ella dijo que había que dejar que el barro se secara, porque después sería mas facil quitar la mancha.
Así es hijita, con la ira es lo mismo, deja la ira secarse primero, después es mucho mas facil resolver todo".
Mariana no entendía todo muy bien, pero decidió seguir el consejo de su madre y fue a ver el televisor. Un rato después sonó el timbre de la puerta...
Era Julia, con una caja en las manos y sin mas preambulo ella dijo:
"Mariana, ¿recuerdas al niño malcriado de la otra calle, el que a menudo nos molesta? él vino para jugar conmigo y no lo dejé porque creí que no cuidaría tu juego de té pero el se enojó y destruyó el regalo que me habías prestado.
Cuando le conté a mi madre ella preocupada me llevó a comprar otro igualito, para ti. Espero que no estés enojada conmigo. No fue mi culpa!"
"!No hay problema!, dijo Mariana, !mi ira ya secó! Y dando un fuerte abrazo a su amiga, la tomó de la mano y la llevó a su cuarto para contarle la historia del vestido nuevo que se había ensuciado de lodo".
Nunca reacciones mientras sientas ira. La ira nos ciega e impide que veamos las cosas como ellas realmente son.
Así evitaras cometer injusticias y ganaras el respeto de los demas por tu posición ponderada y correcta delante de una situación difícil.
Acuérdate siempre: Deja la ira secar !
El fantasma
Esta es la historia de un joven que no podía dormir casi nunca puesto que un fantasma espectral le aparecía en sueños y le angustiaba revelándole todos los secretos más íntimos que él albergaba, demostrándole así que lo sabía todo acerca de él.
El joven estaba desesperado, hasta el punto que llegó a detestar el momento de acostarse pese al cansancio acumulado. Había visitado doctores y psicólogos, había confesado su problema a amigos, lo había intentado todo, pero sin resultados: el espectro seguía presentándose cada noche y le recordaba todos los rincones más íntimos y dolorosos.
Ya al borde de un colapso nervioso, decidió pedir auxilio de un célebre maestro zen que practicaba en la misma provincia. Fue a ver al maestro que le recibió amistosamente. Tras haberle explicado el dilema, el joven añadió: " Ese fantasma lo sabe todo, absolutamente todo acerca de mí, ¡ incluso conoce mis pensamientos ! No puedo sustraerme a su dominio ". El maestro pensó que la solución no estaba fuera del alcance del chico y le sugirió que hiciera un trato con el fantasma. " Esta noche, antes de acostarte -le dijo- coge un puñado de lentejas al azar y no las sueltes. Luego acuéstate y espera. Cuando el espectro se presente proponle un trato. Dile que si adivina cuántas lentejas tienes en la mano será para siempre tu dueño y que si no lo adivina deberá desaparecer para siempre. Vamos a ver que pasa ".
El chico procedió del modo que le aconsejo el maestro. Poco después de acostarse el fantasma apareció y le dijo: " Sé que intentas librarte de mí. También sé que te has ido a ver aquel bobo del monje zen para que te ayude a echarme, pero tus esfuerzos no te servirán para nada "." Bueno -respondió el joven- ya sabía que me habrías descubierto, así como supongo que indudablemente sabrás cuantas lentejas tengo en el puño ". El fantasma desapareció para no volver nunca jamás. Lo que no sabía el chico no lo podía saber su fantasma.
El joven estaba desesperado, hasta el punto que llegó a detestar el momento de acostarse pese al cansancio acumulado. Había visitado doctores y psicólogos, había confesado su problema a amigos, lo había intentado todo, pero sin resultados: el espectro seguía presentándose cada noche y le recordaba todos los rincones más íntimos y dolorosos.
Ya al borde de un colapso nervioso, decidió pedir auxilio de un célebre maestro zen que practicaba en la misma provincia. Fue a ver al maestro que le recibió amistosamente. Tras haberle explicado el dilema, el joven añadió: " Ese fantasma lo sabe todo, absolutamente todo acerca de mí, ¡ incluso conoce mis pensamientos ! No puedo sustraerme a su dominio ". El maestro pensó que la solución no estaba fuera del alcance del chico y le sugirió que hiciera un trato con el fantasma. " Esta noche, antes de acostarte -le dijo- coge un puñado de lentejas al azar y no las sueltes. Luego acuéstate y espera. Cuando el espectro se presente proponle un trato. Dile que si adivina cuántas lentejas tienes en la mano será para siempre tu dueño y que si no lo adivina deberá desaparecer para siempre. Vamos a ver que pasa ".
El chico procedió del modo que le aconsejo el maestro. Poco después de acostarse el fantasma apareció y le dijo: " Sé que intentas librarte de mí. También sé que te has ido a ver aquel bobo del monje zen para que te ayude a echarme, pero tus esfuerzos no te servirán para nada "." Bueno -respondió el joven- ya sabía que me habrías descubierto, así como supongo que indudablemente sabrás cuantas lentejas tengo en el puño ". El fantasma desapareció para no volver nunca jamás. Lo que no sabía el chico no lo podía saber su fantasma.
La Montaña de las Dificultades
En la selva vivian tres leones. Un dia el mono, el representante electo por los animales, convoco a una reunion para pedirles una toma de decision:
Todos nosotros sabemos que el leon es el rey de los
animales, pero para una gran duda en la selva: existen tres leones y los tres son muy fuertes. A cual de ellos debemos rendir obediencia? Cual de ellos debera ser nuestro Rey?
Los leones supieron de la reunion y comentaron entre si: -Es verdad, la preocupacion de los animales tiene mucho sentido.
Una selva no puede tener tres reyes. Luchar entre nosotros no queremos ya que somos muy amigos... Necesitamos saber cual sera el elegido, pero Como descubrirlo?.
Otra vez los animales se reunieron y despues de mucho deliberar, le comunicaron a los tres leones la decision tomada: Encontramos una solucion muy simple para el problema, y decidimos que ustedes tres van a escalar la Montaña Dificil. El que llegue primero a la cima sera consagrado nuestro Rey.
La Montaña Dificil era la mas alta de toda la selva. El desafio fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.
El primer leon intento escalar y no pudo llegar.
El segundo empezo con todas las ganas, pero, tambien fue derrotado.
El tercer leon tampoco lo pudo conseguir y bajo derrotado.
Los animales estaban impacientes y curiosos; si los tres fueron derrotados, Como elegirian un rey?
En este momento, un aguila, grande en edad y en sabiduria, pidio la palabra: Yo se quien debe ser el rey! Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa.
Como?, Preguntaron todos. Es simple... dijo el aguila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvian derrotados en su escalada por la Montaña Dificil escuche lo que cada uno dijo a la
Montaña.
El primer leon dijo: - Montaña, me has vencido!
El segundo leon dijo: - Montaña, me has vencido!
El tercer leon dijo: - Montaña, me has vencido, por ahora! Pero ya llegaste a tu tamaño final y yo todavia estoy creciendo.
La diferencia, completo el aguila, es que el tercer leon tuvo una actitud de vencedor cuando sintio la derrota en aquel momento, pero no desistio y quien piensa asi, su persona es mas grande que su problema: el es el rey de si mismo, y esta preparado para ser rey de los demas.
Los animales aplaudieron entusiasmadamente al tercer leon que fue coronado. El Rey de los Animales.
Moraleja: No tiene mucha importancia el tamaño de las dificultades o situaciones que tengas. Tus problemas, por lo menos la mayor parte de las veces, ya llegaron al nivel maximo, pero no tu. Tu todavia estas creciendo y eres mas grande que todos tus problemas juntos.
Todavia no llegaste al limite de tu potencial y de tu excelencia.
La Montaña de las Dificultades tiene un tamaño fijo, limitado. !Tu todavia estas creciendo!
Todos nosotros sabemos que el leon es el rey de los
animales, pero para una gran duda en la selva: existen tres leones y los tres son muy fuertes. A cual de ellos debemos rendir obediencia? Cual de ellos debera ser nuestro Rey?
Los leones supieron de la reunion y comentaron entre si: -Es verdad, la preocupacion de los animales tiene mucho sentido.
Una selva no puede tener tres reyes. Luchar entre nosotros no queremos ya que somos muy amigos... Necesitamos saber cual sera el elegido, pero Como descubrirlo?.
Otra vez los animales se reunieron y despues de mucho deliberar, le comunicaron a los tres leones la decision tomada: Encontramos una solucion muy simple para el problema, y decidimos que ustedes tres van a escalar la Montaña Dificil. El que llegue primero a la cima sera consagrado nuestro Rey.
La Montaña Dificil era la mas alta de toda la selva. El desafio fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.
El primer leon intento escalar y no pudo llegar.
El segundo empezo con todas las ganas, pero, tambien fue derrotado.
El tercer leon tampoco lo pudo conseguir y bajo derrotado.
Los animales estaban impacientes y curiosos; si los tres fueron derrotados, Como elegirian un rey?
En este momento, un aguila, grande en edad y en sabiduria, pidio la palabra: Yo se quien debe ser el rey! Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa.
Como?, Preguntaron todos. Es simple... dijo el aguila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvian derrotados en su escalada por la Montaña Dificil escuche lo que cada uno dijo a la
Montaña.
El primer leon dijo: - Montaña, me has vencido!
El segundo leon dijo: - Montaña, me has vencido!
El tercer leon dijo: - Montaña, me has vencido, por ahora! Pero ya llegaste a tu tamaño final y yo todavia estoy creciendo.
La diferencia, completo el aguila, es que el tercer leon tuvo una actitud de vencedor cuando sintio la derrota en aquel momento, pero no desistio y quien piensa asi, su persona es mas grande que su problema: el es el rey de si mismo, y esta preparado para ser rey de los demas.
Los animales aplaudieron entusiasmadamente al tercer leon que fue coronado. El Rey de los Animales.
Moraleja: No tiene mucha importancia el tamaño de las dificultades o situaciones que tengas. Tus problemas, por lo menos la mayor parte de las veces, ya llegaron al nivel maximo, pero no tu. Tu todavia estas creciendo y eres mas grande que todos tus problemas juntos.
Todavia no llegaste al limite de tu potencial y de tu excelencia.
La Montaña de las Dificultades tiene un tamaño fijo, limitado. !Tu todavia estas creciendo!
La chica
Dos monjes estaban peregrinando de un monasterio a otro y durante el camino debían atravesar una vasta región formada por colinas y bosques.
Un día, tras un fuerte aguacero, llegaron a un punto de su camino donde el sendero estaba cortado por un riachuelo convertido en un torrente a causa de la lluvia. Los dos monjes se estaban preparando para vadear, cuando se oyeron unos sollozos que procedían de detrás de un arbusto. Al indagar comprobaron que se trataba de una chica que lloraba desesperadamente. Uno de los monjes le preguntó cuál era el motivo de su dolor y ella respondió que, a causa de la riada, no podía vadear el torrente sin estropear su vestido de boda y al día siguiente tenía que estar en el pueblo para los preparativos. Si no llegaba a tiempo, las familias, incluso su prometido, se enfadarían mucho con ella.
El monje no titubeó en ofrecerle su ayuda y, bajo la mirada atónita del otro religioso, la cogió en brazos y la llevó al otro lado de la orilla. La dejó ahí, la saludó deseándole suerte y cada uno siguió su camino.
Al cabo de un rato el otro monje comenzó a criticar a su compañero por esa actitud, especialmente por el hecho de haber tocado a una mujer, infringiendo así uno de sus votos. Pese a que el monje acusado no se enredaba en discusiones y ni siquiera intentaba defenderse de las críticas, éstas prosiguieron hasta que los dos llegaron al monasterio. Nada más ser llevados ante el Abad, el segundo monje se apresuró a relatar al superior lo que había pasado en el río y así acusar vehementemente a su compañero de viaje.
Tras haber escuchado los hechos, el Abad sentenció: "Él ha dejado a la chica en la otra orilla, ¿tú, aún la llevas contigo?".
Un día, tras un fuerte aguacero, llegaron a un punto de su camino donde el sendero estaba cortado por un riachuelo convertido en un torrente a causa de la lluvia. Los dos monjes se estaban preparando para vadear, cuando se oyeron unos sollozos que procedían de detrás de un arbusto. Al indagar comprobaron que se trataba de una chica que lloraba desesperadamente. Uno de los monjes le preguntó cuál era el motivo de su dolor y ella respondió que, a causa de la riada, no podía vadear el torrente sin estropear su vestido de boda y al día siguiente tenía que estar en el pueblo para los preparativos. Si no llegaba a tiempo, las familias, incluso su prometido, se enfadarían mucho con ella.
El monje no titubeó en ofrecerle su ayuda y, bajo la mirada atónita del otro religioso, la cogió en brazos y la llevó al otro lado de la orilla. La dejó ahí, la saludó deseándole suerte y cada uno siguió su camino.
Al cabo de un rato el otro monje comenzó a criticar a su compañero por esa actitud, especialmente por el hecho de haber tocado a una mujer, infringiendo así uno de sus votos. Pese a que el monje acusado no se enredaba en discusiones y ni siquiera intentaba defenderse de las críticas, éstas prosiguieron hasta que los dos llegaron al monasterio. Nada más ser llevados ante el Abad, el segundo monje se apresuró a relatar al superior lo que había pasado en el río y así acusar vehementemente a su compañero de viaje.
Tras haber escuchado los hechos, el Abad sentenció: "Él ha dejado a la chica en la otra orilla, ¿tú, aún la llevas contigo?".
Las distracciones
En un monasterio budista dos discípulos destacaban particularmente por su brillante inteligencia, si bien fueran muy diferentes el uno del otro.
El primero solía pedir al abad que le dejara salir del monasterio para ver el mundo y en él poder poner en práctica su zen. El otro se contentaba con la vida monástica y, aunque le hubiera gustado ver el mundo, esto no le creaba ningún afán en absoluto.
El abad, que nunca había accedido a los pedidos del primer monje, pensó un día que tal vez los tiempos eran maduros para que los jóvenes monjes fueran puestos a prueba. Les convocó, anunciándoles que había llegado el momento de que se fueran por el mundo durante todo un año. El primer monje exultaba. Dejaron el templo el día siguiente al amanecer.
El año transcurrió rápido y los dos monjes regresaban al monasterio con muchas experiencias para contar. El abad quiso verles para conocer lo que ese año había supuesto para ellos y qué habían descubierto durante su estancia en el mundo laico.
El primer monje, el que quería conocer el mundo material, dijo que la sociedad está llena de distracciones y tentaciones, y que es imposible meditar ahí fuera. Para practicar el zen no existe mejor lugar que el monasterio.
El otro, por el contrario, dijo que salvo algunos aspectos superficiales no encontró gran diferencia a la hora de meditar y practicar el zen en el mundo exterior. Por tanto, a su parecer, quedarse en el templo o vivir en sociedad, le resultaba igual.
Tras haber escuchado ambos relatos, el abad les dio a conocer su decisión: al segundo monje le concedió la autorización para que se fuera. Al primero le dijo: "será mejor que tú te quedes aquí, todavía no estás preparado".
El primero solía pedir al abad que le dejara salir del monasterio para ver el mundo y en él poder poner en práctica su zen. El otro se contentaba con la vida monástica y, aunque le hubiera gustado ver el mundo, esto no le creaba ningún afán en absoluto.
El abad, que nunca había accedido a los pedidos del primer monje, pensó un día que tal vez los tiempos eran maduros para que los jóvenes monjes fueran puestos a prueba. Les convocó, anunciándoles que había llegado el momento de que se fueran por el mundo durante todo un año. El primer monje exultaba. Dejaron el templo el día siguiente al amanecer.
El año transcurrió rápido y los dos monjes regresaban al monasterio con muchas experiencias para contar. El abad quiso verles para conocer lo que ese año había supuesto para ellos y qué habían descubierto durante su estancia en el mundo laico.
El primer monje, el que quería conocer el mundo material, dijo que la sociedad está llena de distracciones y tentaciones, y que es imposible meditar ahí fuera. Para practicar el zen no existe mejor lugar que el monasterio.
El otro, por el contrario, dijo que salvo algunos aspectos superficiales no encontró gran diferencia a la hora de meditar y practicar el zen en el mundo exterior. Por tanto, a su parecer, quedarse en el templo o vivir en sociedad, le resultaba igual.
Tras haber escuchado ambos relatos, el abad les dio a conocer su decisión: al segundo monje le concedió la autorización para que se fuera. Al primero le dijo: "será mejor que tú te quedes aquí, todavía no estás preparado".
El mini-golf
Un padre llevó a sus pequeños a jugar al minigolf. En la taquilla, preguntó el precio.
- Son cinco monedas para los adultos y tres para los niños mayores de seis años. Para los menores de seis, la entrada es gratuita.
- Uno de ellos tiene tres, el otro siete. Pago la del mayor.
- Bobo -dijo el taquillero-. Podría haberse ahorrado tres monedas si hubiera dicho que el mayor tenía menos de seis. Yo no habría notado la diferencia.
- Puede, pero ellos sí la habrían notado. Y mi ejemplo quedaría grabado para siempre.
- Son cinco monedas para los adultos y tres para los niños mayores de seis años. Para los menores de seis, la entrada es gratuita.
- Uno de ellos tiene tres, el otro siete. Pago la del mayor.
- Bobo -dijo el taquillero-. Podría haberse ahorrado tres monedas si hubiera dicho que el mayor tenía menos de seis. Yo no habría notado la diferencia.
- Puede, pero ellos sí la habrían notado. Y mi ejemplo quedaría grabado para siempre.
Un cafe y una sonrisa
"...Soy madre de tres hijos de 14, 12 y 3 años y recientemente termine mi carrera universitaria. La ultima clase que tome fue Sociologia. La maestra estaba muy inspirada con las cualidades que yo deseaba ver, con las cuales cada ser humano habia sido agraciado.
Su ultimo proyecto fue titulado "SONRIE". Pidio a la clase que saliera y le sonriera a tres personas y documentaran sus reacciones.
Yo soy una persona muy amistosa y siempre sonrio a todos y digo "hola", asi es que pense que esto seria “pan comido”, literalmente.
Tan pronto nos fue asignado el proyecto, mi esposo, mi hijo pequeño y yo fuimos a McDonald's una fria mañana de Marzo, era la manera de compartir un tiempo de juego con nuestro hijo.
Estabamos formados esperando ser atendidos, cuando de repente todos se hicieron para atras, incluso mi esposo. Yo no me movi ni una pulgada y un abrumador sentimiento de panico me envolvio cuando di vuelta para ver que pasaba.
Cuando gire percibi un horrible olor a "cuerpo sucio" y junto a mi vi que estaban parados dos hombres pobres; cuando mire al pequeño hombre que estaba cerca de mi, el sonreia, sus hermosos ojos azul cielo estaban llenos de la luz de Dios buscando aceptacion.
Dijo "Buen dia", mientras contaba las pocas monedas que traia. El segundo hombre manoteaba junto a su amigo -creo que era retrasado mental- y el hombre de ojos azules era su salvacion.
Contuve las lagrimas. La joven despachadora le pregunto que queria y el dijo: "Cafe; es todo, señorita" porque era para lo unico que tenian, ya que si querian sentarse en el restaurante para calentarse un poco, tenian que consumir algo.
Entonces, realmente lo senti, el impulso fue muy grande, casi alcanzo al pequeño hombre para abrazarlo, fue entonces que senti todas las miradas en mi, juzgando mi accion.
Sonrei y le pedi a la joven despachadora que me diera dos desayunos mas en bandeja separada y camine hacia la mesa donde estaban los dos hombres sentados, puse la bandeja en su mesa y mi mano sobre la mano fria del pequeño hombre; el me miro con lagrimas en los ojos y dijo "Gracias!".
Me incline dando palmaditas en su mano y le dije "No lo hice por ustedes, Dios esta aqui actuando a traves de mi para darles esperanza".
Comence a llorar mientras caminaba para reunirme con mi esposo e hijo. Cuando me sente, mi marido sonrio y dijo "Es por eso que Dios te dio para mi, cariño, para darme esperanza".
Nos tomamos de las manos por un momento y en ese instante supimos la Gracia con la que fuimos bendecidos para ser capaces de dar.
Su ultimo proyecto fue titulado "SONRIE". Pidio a la clase que saliera y le sonriera a tres personas y documentaran sus reacciones.
Yo soy una persona muy amistosa y siempre sonrio a todos y digo "hola", asi es que pense que esto seria “pan comido”, literalmente.
Tan pronto nos fue asignado el proyecto, mi esposo, mi hijo pequeño y yo fuimos a McDonald's una fria mañana de Marzo, era la manera de compartir un tiempo de juego con nuestro hijo.
Estabamos formados esperando ser atendidos, cuando de repente todos se hicieron para atras, incluso mi esposo. Yo no me movi ni una pulgada y un abrumador sentimiento de panico me envolvio cuando di vuelta para ver que pasaba.
Cuando gire percibi un horrible olor a "cuerpo sucio" y junto a mi vi que estaban parados dos hombres pobres; cuando mire al pequeño hombre que estaba cerca de mi, el sonreia, sus hermosos ojos azul cielo estaban llenos de la luz de Dios buscando aceptacion.
Dijo "Buen dia", mientras contaba las pocas monedas que traia. El segundo hombre manoteaba junto a su amigo -creo que era retrasado mental- y el hombre de ojos azules era su salvacion.
Contuve las lagrimas. La joven despachadora le pregunto que queria y el dijo: "Cafe; es todo, señorita" porque era para lo unico que tenian, ya que si querian sentarse en el restaurante para calentarse un poco, tenian que consumir algo.
Entonces, realmente lo senti, el impulso fue muy grande, casi alcanzo al pequeño hombre para abrazarlo, fue entonces que senti todas las miradas en mi, juzgando mi accion.
Sonrei y le pedi a la joven despachadora que me diera dos desayunos mas en bandeja separada y camine hacia la mesa donde estaban los dos hombres sentados, puse la bandeja en su mesa y mi mano sobre la mano fria del pequeño hombre; el me miro con lagrimas en los ojos y dijo "Gracias!".
Me incline dando palmaditas en su mano y le dije "No lo hice por ustedes, Dios esta aqui actuando a traves de mi para darles esperanza".
Comence a llorar mientras caminaba para reunirme con mi esposo e hijo. Cuando me sente, mi marido sonrio y dijo "Es por eso que Dios te dio para mi, cariño, para darme esperanza".
Nos tomamos de las manos por un momento y en ese instante supimos la Gracia con la que fuimos bendecidos para ser capaces de dar.
lunes, 23 de febrero de 2009
El elefante que perdio un ojo
Un elefante se encontraba al borde de un arroyo.
El agua pasaba, clara y cristalina y tuvo deseos de beber.
¡Se inclinó sobre el agua, empapó su trompa
y... plouf! ¡"Qué!" _ que?... pero es lo que que..
. AAAaaaarrrrggggghh perdí mi ojo!""
se grito el elefante lleno de pánico.
Efectivamente, su ojo derecho se le había caído
al fondo del arroyo.
El mastodonte pretendió encontrar su precioso globo. Pero no veia nada.
Entonces impaciente, agitó su trompa en todos los sentidos, pretendiendo alcanzar su ojo con la trompa en el fondo del arroyo removió tanto que el agua se volvió turbia.
Cuanto más agitaba la trompa más la arena se alborataba, haciendo asi mas dificil encontrar el ojo .
Repentinamente, el elefante se puso a gritar a garganta desplegada
Furioso, levanto la cabeza y vio, sobre una roca a bordo del agua a una pequeña rana verde. Que viendo al elefante reía, y reía...
Que encuentras tan divertido le dijo el elefante con rabia a la rana
¡Perdí mi ojo y eso te hace reir?!
La rana respondio - Lo que es divertido,
es ver lo que haces: ¡Calma, todo irá mejor! La rabia y el desespero no te ayudaran
El elefante, un poco avergonzado, siguió al consejo de la rana.
Se calmó y dejó de agitar su trompa.
El agua se volvió a calmar y poco a poco la arena volvió a caer sobre el fondo
Y el elefante vio su ojo, intacto ,
Lo agarro con la trompa, y se lo volvió a poner ,
en su sitio. Sin olvidar agradecerle a la rana verde.
Muchas veces hacemos mas dificiles los problemas y las dificultades con la rabia y la desesperacion .
Siempre con tu actitud puedes hacer mas facil y grata la solucion a las dificultades .
Ademas, si ries tendras mas ayuda y con la serenidad tendras una vision mas clara de tus posibilidades y tus recursos.
La rabia creara tempestades y mayores dificultadess
El agua pasaba, clara y cristalina y tuvo deseos de beber.
¡Se inclinó sobre el agua, empapó su trompa
y... plouf! ¡"Qué!" _ que?... pero es lo que que..
. AAAaaaarrrrggggghh perdí mi ojo!""
se grito el elefante lleno de pánico.
Efectivamente, su ojo derecho se le había caído
al fondo del arroyo.
El mastodonte pretendió encontrar su precioso globo. Pero no veia nada.
Entonces impaciente, agitó su trompa en todos los sentidos, pretendiendo alcanzar su ojo con la trompa en el fondo del arroyo removió tanto que el agua se volvió turbia.
Cuanto más agitaba la trompa más la arena se alborataba, haciendo asi mas dificil encontrar el ojo .
Repentinamente, el elefante se puso a gritar a garganta desplegada
Furioso, levanto la cabeza y vio, sobre una roca a bordo del agua a una pequeña rana verde. Que viendo al elefante reía, y reía...
Que encuentras tan divertido le dijo el elefante con rabia a la rana
¡Perdí mi ojo y eso te hace reir?!
La rana respondio - Lo que es divertido,
es ver lo que haces: ¡Calma, todo irá mejor! La rabia y el desespero no te ayudaran
El elefante, un poco avergonzado, siguió al consejo de la rana.
Se calmó y dejó de agitar su trompa.
El agua se volvió a calmar y poco a poco la arena volvió a caer sobre el fondo
Y el elefante vio su ojo, intacto ,
Lo agarro con la trompa, y se lo volvió a poner ,
en su sitio. Sin olvidar agradecerle a la rana verde.
Muchas veces hacemos mas dificiles los problemas y las dificultades con la rabia y la desesperacion .
Siempre con tu actitud puedes hacer mas facil y grata la solucion a las dificultades .
Ademas, si ries tendras mas ayuda y con la serenidad tendras una vision mas clara de tus posibilidades y tus recursos.
La rabia creara tempestades y mayores dificultadess
Como el lapiz
El niñito miraba al abuelo escribir una carta.
En un momento dado le preguntó:
-¿Abuelo, estás escribiendo una historia que nos paso a los dos?
¿Es, por casualidad, una historia sobre mí?
El abuelo dejó de escribir, sonrió y le dijo al nieto:
-Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras,
es el lápiz que estoy usando.
Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.
El niño miró el lápiz intrigado y, no vio nada especial en él y, preguntó:
- ¿Que tiene de particular ese lápiz?
El abuelo le respondió:
- Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán siempre de ti una persona en paz con el mundo.
Primera cualidad: Puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que, existe una mano que guía tus pasos.
Esta mano la llamamos Dios y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad.
Segunda cualidad: De vez en cuando necesitas dejar lo que estás escribiendo y, usar el sacapuntas.
Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final, estará más afilado.
Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.
Tercera cualidad: El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal.
Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.
Cuarta cualidad: Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro.
Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.
Quinta cualidad Siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida, dejará trazos.
Por eso intenta ser conciente de cada acción.
En un momento dado le preguntó:
-¿Abuelo, estás escribiendo una historia que nos paso a los dos?
¿Es, por casualidad, una historia sobre mí?
El abuelo dejó de escribir, sonrió y le dijo al nieto:
-Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras,
es el lápiz que estoy usando.
Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.
El niño miró el lápiz intrigado y, no vio nada especial en él y, preguntó:
- ¿Que tiene de particular ese lápiz?
El abuelo le respondió:
- Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán siempre de ti una persona en paz con el mundo.
Primera cualidad: Puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que, existe una mano que guía tus pasos.
Esta mano la llamamos Dios y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad.
Segunda cualidad: De vez en cuando necesitas dejar lo que estás escribiendo y, usar el sacapuntas.
Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final, estará más afilado.
Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.
Tercera cualidad: El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal.
Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.
Cuarta cualidad: Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro.
Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.
Quinta cualidad Siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida, dejará trazos.
Por eso intenta ser conciente de cada acción.
Mineros
En el libro de Jorge Bucal “camino de las lágrimas” hay un relato que habla como de importantes son nuestras creencias y nuestros pensamientos en nuestra vida. Las creencias irracionales producen emociones irracionales y destructivas.
Este relato es verídico, sucedió en África . [...]
Seis mineros trabajaban en un túnel muy profundo. De repente un derrumbe los dejó aislados del afuera sellando la salida. En silencio cada uno miró a los demás. Con su experiencia se dieron cuenta de que el problema sería el oxígeno. Si hacían todo bien les quedaba unas tres horas de aire, cuanto mucho tres horas y media. Mucha gente de afuera sabían que estaban allí atrapados, pero un derrumbe como ese significaba horadar otra vez la mina, podrían hacerlo antes de que se termine el aire? Los mineros decidieron que debían ahorrar todo el oxígeno que pudieran. Acordaron hacer el menor esfuerzo físico, apagaron las lámparas que llevaban y se tendieron en silencio en el piso....era difícil calcular el tiempo que pasaba... incidental- mente uno tenía reloj. Hacía él iban todas las preguntas ¿cuánto tiempo pasó? ¿Cuánto falta? ¿Y ahora? El tiempo se estiraba, cada minuto parecía una hora y la desesperación agravaba más la tensión. El jefe se dio cuenta que si seguían así, la ansiedad los haría respirar más rápidamente y esto los podía matar. ordenó a el que tenía el reloj que sólo él controlara el paso del tiempo y avisara cada media hora. Cumpliendo la orden, a la primera media hora dijo "ha pasado media hora" Hubo un murmullo entre ellos y una angustia que se sentía en el aire.. El hombre del reloj se dio cuenta de que a medida que pasaba el tiempo, iba a ser cada vez más terrible comunicarles que el minuto final se acercaba. Sin consultar a nadie decidió que ellos no merecían morir sufriendo. Así que la próxima vez que les informó la media hora habían pasado 45 minutos. No había manera de notar la diferencia. Apoyado en el éxito del engaño de la tercera información la dio casi una hora después... así siguió el del reloj, cada hora completa les informaba que había pasado media hora. ...La cuadrilla apuraba la tarea de rescate, sabían en qué cámara estaban atrapados y que sería difícil poder llegar antes de cuatro horas. Llegaron a las cuatro horas y media. Lo más probable era encontrar a los seis mineros muertos. Encontraron vivos a cinco de ellos.
Solamente uno había muerto de asfixia... el que tenía el reloj. Esta es la fuerza que tienen las creencias en nuestras vidas. Esto es lo que nuestros condicionamientos pueden llegar a hacer de nosotros.
Este relato es verídico, sucedió en África . [...]
Seis mineros trabajaban en un túnel muy profundo. De repente un derrumbe los dejó aislados del afuera sellando la salida. En silencio cada uno miró a los demás. Con su experiencia se dieron cuenta de que el problema sería el oxígeno. Si hacían todo bien les quedaba unas tres horas de aire, cuanto mucho tres horas y media. Mucha gente de afuera sabían que estaban allí atrapados, pero un derrumbe como ese significaba horadar otra vez la mina, podrían hacerlo antes de que se termine el aire? Los mineros decidieron que debían ahorrar todo el oxígeno que pudieran. Acordaron hacer el menor esfuerzo físico, apagaron las lámparas que llevaban y se tendieron en silencio en el piso....era difícil calcular el tiempo que pasaba... incidental- mente uno tenía reloj. Hacía él iban todas las preguntas ¿cuánto tiempo pasó? ¿Cuánto falta? ¿Y ahora? El tiempo se estiraba, cada minuto parecía una hora y la desesperación agravaba más la tensión. El jefe se dio cuenta que si seguían así, la ansiedad los haría respirar más rápidamente y esto los podía matar. ordenó a el que tenía el reloj que sólo él controlara el paso del tiempo y avisara cada media hora. Cumpliendo la orden, a la primera media hora dijo "ha pasado media hora" Hubo un murmullo entre ellos y una angustia que se sentía en el aire.. El hombre del reloj se dio cuenta de que a medida que pasaba el tiempo, iba a ser cada vez más terrible comunicarles que el minuto final se acercaba. Sin consultar a nadie decidió que ellos no merecían morir sufriendo. Así que la próxima vez que les informó la media hora habían pasado 45 minutos. No había manera de notar la diferencia. Apoyado en el éxito del engaño de la tercera información la dio casi una hora después... así siguió el del reloj, cada hora completa les informaba que había pasado media hora. ...La cuadrilla apuraba la tarea de rescate, sabían en qué cámara estaban atrapados y que sería difícil poder llegar antes de cuatro horas. Llegaron a las cuatro horas y media. Lo más probable era encontrar a los seis mineros muertos. Encontraron vivos a cinco de ellos.
Solamente uno había muerto de asfixia... el que tenía el reloj. Esta es la fuerza que tienen las creencias en nuestras vidas. Esto es lo que nuestros condicionamientos pueden llegar a hacer de nosotros.
Esperanza y paciencia
La paciencia y la esperanza son dos sentimientos fundamentales para tener una buena inteligencia emocional, la esperanza es una emoción que surge de los pensamientos optimistas que nos crean ilusiones .La paciencia es otra emoción resultado de pensamientos que nos ayudan a mantenernos lo más serenos posibles, a tener fe y a saber esperar. La paciencia se crea, se aprende, se practica. Tener esperanza también es tu elección. [...]
La paciencia y la esperanza son dos sentimientos fundamentales para tener una buena inteligencia emocional, la esperanza es una emoción que surge de los pensamientos optimistas que nos crean ilusiones .La paciencia es otra emoción resultado de pensamientos que nos ayudan a mantenernos lo más serenos posibles, a tener fe y a saber esperar. La paciencia se crea, se aprende, se practica. Tener esperanza también es tu elección.
Un pastor tenía dos ovejas y estaba contento porque las dos habían parido y tenían unos hermosos y juguetones corderitos.
Durante la noche el pastor encerraba sus dos ovejas en un corral que tenía muy cerca de la casa. Así se aseguraba que lobos y zorros no las mataran. En las horas del día las soltaba para que fueran a pastar por los cerros. Y aquel día las soltó, como siempre y dejó a los corderitos en el corral. Es muy riesgoso soltarlos tan pequeños.
Las dos ovejas cruzaron el río caminando sobre su firme lecho de piedras. Las aguas del río serrano eran poco profundas y ellas lo cruzaban a diario. Pero al poco tiempo se desató un temporal muy fuerte y la lluvia fue repentina y torrencial. Las aguas descendieron de los cerros, se volcaron torrentosas en los pequeños arroyos y llegar turbias al cauce del río y el río se desbordó.
El pastor salió hasta la orilla, porque sabía que se acercaba la hora en que sus ovejas regresarían, para amamantar a sus críos y pasar la noche en el corral y vio que sería imposible cualquier intento por cruzar aquel torrente de aguas, sin exponerse a ser arrollado y golpeado contra las piedras.
Una oveja se puso a pastar paciente en la orilla, esperando que las aguas bajaran,la otra se impacientó y comenzó a lamentarse:
"Esta agua no descenderá y mis hijitos se morirán de hambre, aquí nos sorprenderá el lobo y nos moriremos". La compañera trató de calmarla: "No te impacientes, recuerda que ya vimos muchas crecientes en el río y siempre vimos las aguas descender, no nos pasará nada grave y mañana amamantaremos a nuestros hijos".
De nada valieron sus reflexiones, la oveja se arrojó al agua. El pastor la miraba impotente desde la orilla opuesta. La pobre oveja avanzó un par de metros, pero las aguas la vencieron y la arrastraron río abajo, el pastor y la compañera vieron cómo el cuerpo de la desdichada era llevado por la corriente, que lo golpeaba contra todas las rocas salientes. Al anochecer las aguas ya habían descendido bastante, pastor y oveja se miraban desde las dos orillas, el pastor que conocía bien los pasos menos riesgosos, entró al agua lenta y cuidadosamente, llegó hasta la otra orilla, ató una cuerda al cuello de su oveja y ambos volvieron a cruzar el río.
Los corderitos balaban en el corral, el pastor hizo que los doshuerfanitos mamaran de la oveja sobreviviente, que se constituyó en su madre adoptiva.
"Sin esperanza es imposible tener paciencia, porque nadie espera lo imposible y la esperanza más hermosa es la que nace en situaciones más desesperantes. La impaciencia, con la que quieren alcanzarlo todo hoy, es la que te hace perder la oportunidad de alcanzarlo mañana."
La paciencia y la esperanza son dos sentimientos fundamentales para tener una buena inteligencia emocional, la esperanza es una emoción que surge de los pensamientos optimistas que nos crean ilusiones .La paciencia es otra emoción resultado de pensamientos que nos ayudan a mantenernos lo más serenos posibles, a tener fe y a saber esperar. La paciencia se crea, se aprende, se practica. Tener esperanza también es tu elección.
Un pastor tenía dos ovejas y estaba contento porque las dos habían parido y tenían unos hermosos y juguetones corderitos.
Durante la noche el pastor encerraba sus dos ovejas en un corral que tenía muy cerca de la casa. Así se aseguraba que lobos y zorros no las mataran. En las horas del día las soltaba para que fueran a pastar por los cerros. Y aquel día las soltó, como siempre y dejó a los corderitos en el corral. Es muy riesgoso soltarlos tan pequeños.
Las dos ovejas cruzaron el río caminando sobre su firme lecho de piedras. Las aguas del río serrano eran poco profundas y ellas lo cruzaban a diario. Pero al poco tiempo se desató un temporal muy fuerte y la lluvia fue repentina y torrencial. Las aguas descendieron de los cerros, se volcaron torrentosas en los pequeños arroyos y llegar turbias al cauce del río y el río se desbordó.
El pastor salió hasta la orilla, porque sabía que se acercaba la hora en que sus ovejas regresarían, para amamantar a sus críos y pasar la noche en el corral y vio que sería imposible cualquier intento por cruzar aquel torrente de aguas, sin exponerse a ser arrollado y golpeado contra las piedras.
Una oveja se puso a pastar paciente en la orilla, esperando que las aguas bajaran,la otra se impacientó y comenzó a lamentarse:
"Esta agua no descenderá y mis hijitos se morirán de hambre, aquí nos sorprenderá el lobo y nos moriremos". La compañera trató de calmarla: "No te impacientes, recuerda que ya vimos muchas crecientes en el río y siempre vimos las aguas descender, no nos pasará nada grave y mañana amamantaremos a nuestros hijos".
De nada valieron sus reflexiones, la oveja se arrojó al agua. El pastor la miraba impotente desde la orilla opuesta. La pobre oveja avanzó un par de metros, pero las aguas la vencieron y la arrastraron río abajo, el pastor y la compañera vieron cómo el cuerpo de la desdichada era llevado por la corriente, que lo golpeaba contra todas las rocas salientes. Al anochecer las aguas ya habían descendido bastante, pastor y oveja se miraban desde las dos orillas, el pastor que conocía bien los pasos menos riesgosos, entró al agua lenta y cuidadosamente, llegó hasta la otra orilla, ató una cuerda al cuello de su oveja y ambos volvieron a cruzar el río.
Los corderitos balaban en el corral, el pastor hizo que los doshuerfanitos mamaran de la oveja sobreviviente, que se constituyó en su madre adoptiva.
"Sin esperanza es imposible tener paciencia, porque nadie espera lo imposible y la esperanza más hermosa es la que nace en situaciones más desesperantes. La impaciencia, con la que quieren alcanzarlo todo hoy, es la que te hace perder la oportunidad de alcanzarlo mañana."
LA BALANZA
Una mujer pobremente vestida, con un rostro que reflejaba tristeza, entró a una tienda, se acercó al dueño y de manera humilde preguntó si podía llevarse algunas cosas a crédito; con voz suave explicó que su esposo estaba muy enfermo y que no podía trabajar, tenían siete niños y necesitaban comida.
El dueño no aceptó y le solicitó que abandonar a la tienda.
Sabiendo la necesidad que estaba pasando su familia la mujer rogó:
"Por favor señor, se lo pagaré tan pronto como pueda
El dueño le dijo que no podía darle crédito, ya que no tenía una cuenta de crédito en su tienda.
De pie, cerca del mostrador, se encontraba un cliente que escuchaba la conversación entre el dueño de la tienda y la mujer.
El cliente se acercó y le dijo al dueño de la tienda que el se haría cargo de lo que la mujer necesitara para su familia;
Entonces el dueño, amoscado, preguntó a la mujer:
" ¿Tiene usted una lista de compras?".
La mujer dijo: >"Si señor";
Esta bien," dijo el dueño. "Ponga su lista en la balanza de platos y lo que pese su lista le daré en comestibles".
La mujer titubeó por un momento y cabizbaja buscó en su cartera un pedazo de papel, escribió algo en él y lo puso, triste aún, en uno de los platos de la balanza.
Los ojos del dueño y del cliente se llenaron de asombro, cuando el plato de la balanza donde estaba el papel, se hundió hasta el fondo y se quedo así.
El dueño, sin dejar de mirar la balanza dijo:
"No lo puedo creer"...
El cliente sonrió y el dueño comenzó a poner comestibles en el otro plato de la balanza.
La balanza no se movía, por lo que continuó poniendo más y más comestibles, hasta que se llenó.
El dueño se quedó pasmado de asombro.
Finalmente, tomó el pedazo de papel y lo miró todavía más asombrado....
No era una lista de compra!
Era una oración que decía:
"QUERIDO SEÑOR, TÚ CONOCES MIS NECESIDADES Y YO VOY A DEJAR ESTO EN TUS MANOS"
El dueño de la tienda le entregó los comestibles que había pesado y quedó allí en silencio.
La mujer agradeció y abandonó la tienda; el cliente entregó un billete de cincuenta dólares al dueño y le dijo:
"Valió cada centavo de este billete; ahora sabemos cuanto pesa una oración".
El dueño no aceptó y le solicitó que abandonar a la tienda.
Sabiendo la necesidad que estaba pasando su familia la mujer rogó:
"Por favor señor, se lo pagaré tan pronto como pueda
El dueño le dijo que no podía darle crédito, ya que no tenía una cuenta de crédito en su tienda.
De pie, cerca del mostrador, se encontraba un cliente que escuchaba la conversación entre el dueño de la tienda y la mujer.
El cliente se acercó y le dijo al dueño de la tienda que el se haría cargo de lo que la mujer necesitara para su familia;
Entonces el dueño, amoscado, preguntó a la mujer:
" ¿Tiene usted una lista de compras?".
La mujer dijo: >"Si señor";
Esta bien," dijo el dueño. "Ponga su lista en la balanza de platos y lo que pese su lista le daré en comestibles".
La mujer titubeó por un momento y cabizbaja buscó en su cartera un pedazo de papel, escribió algo en él y lo puso, triste aún, en uno de los platos de la balanza.
Los ojos del dueño y del cliente se llenaron de asombro, cuando el plato de la balanza donde estaba el papel, se hundió hasta el fondo y se quedo así.
El dueño, sin dejar de mirar la balanza dijo:
"No lo puedo creer"...
El cliente sonrió y el dueño comenzó a poner comestibles en el otro plato de la balanza.
La balanza no se movía, por lo que continuó poniendo más y más comestibles, hasta que se llenó.
El dueño se quedó pasmado de asombro.
Finalmente, tomó el pedazo de papel y lo miró todavía más asombrado....
No era una lista de compra!
Era una oración que decía:
"QUERIDO SEÑOR, TÚ CONOCES MIS NECESIDADES Y YO VOY A DEJAR ESTO EN TUS MANOS"
El dueño de la tienda le entregó los comestibles que había pesado y quedó allí en silencio.
La mujer agradeció y abandonó la tienda; el cliente entregó un billete de cincuenta dólares al dueño y le dijo:
"Valió cada centavo de este billete; ahora sabemos cuanto pesa una oración".
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